domingo, 26 de febrero de 2012

EL VIEJO Y YO (UN MUNDO SIN FRONTERAS)




«Mi abismal homenaje a los hombres de buena voluntad que nacen como hierba buena. A aquellos capaces de hacer vínculos sin idiomas, sin fronteras. Sea este mi canto de amor y paz entre los pueblos». J. J. Cameron





Cierta vez, un turista latinoamericano que bajaba por la montaña de Judea en Israel, escuchó vociferar no muy lejos del sendero donde vagaba, a un anciano ataviado con una túnica blanca bajo un árbol de olivo, que declamaba con exaltación y cierta angustia. Aquello llamó poderosamente su atención puesto que aquel hombre parecía estar en apuros, y además no entendía una sola palabra su proclama, por lo que decidió investigar… He aquí lo que sucedió después:


O YERUSHALAIM הו, ירושלים! –¡Oh Jerusalem!

AM ADONAI עם יהוה –Pueblo de Yahvéh,

–¿Qué dices viejo? –preguntó el muchacho sin recibir respuesta alguna.


MALAJ SAM TSELO AL MITBARIOTJA מלאך שם צלו על מדבריותך

–Un ángel posó su sombra sobre tus desiertos, –continuó con su oratoria suplicante.


ARIM VE NAJALOT הרים ונהרות –Montañas y ríos,


–¿Puedo ayudarlo, señor? ¿Está en problemas? –inquirió nuevamente el joven.


KIDEI LEIBAJER כדי להבחר –Por ser elegido.


–¡Quizá si le ofrezco un poco de agua se tranquilice!


HASHEM YADA אבל ידעתי ה ' –Mas Yavheh sabía,


SHE YARAD LE HAR GADOL כי להיכשל תחת ההר הגדול


–Que bajo la gran montaña le fallarías,


AVAL SHAMAR OTJA JAI אבל שמר אותך חי –Mas te mantuvo vivo,


TIHER HA TA'UYOT SHELJA טיהר הטעויות שלך –Purificando tus errores,


KI ATA HA DEREJ כי אתה בדרך –Porque eres el camino,


HA ESH VE GORALEJA האש גורלך –La flama y tu destino...


Quedó mirándolo sin sacarle los ojos de encima. El viejo no dejaba su oratoria que repetía una y otra vez. Jorge se dio cuenta que no era desolación o malestar lo que estaba presenciando… Era oración…, estaba orando seguramente a su Dios, y lo hacia cada vez con más pasión y sentimiento. Pensó por un instante:
Pueda ser que no le de un infarto, Dios mío, que fe que tiene este hombre, o que estará pidiendo; que pena no entender su lenguaje. Tal vez tenga a un hijo enfermo. Trataré de averiguar algo… ¡Aunque sea con señas!
Su fe lo había emocionado, enternecido… No estaba acostumbrado a ver semejante ofrenda de amor y devoción, no porque en su país escaseara la oratoria no, sino por la forma incesante y fervorosa conque el hombre hacia su proclama de fe. Era un verdadero grito con los brazos extendidos hacia arriba. Se acercó a una prudente distancia. Fue entonces cuando decidió seguir su caminata y dejarlo en paz respetando tan sacro momento. A fin de cuenta nadie lo llamó ni le solicitó ayuda. Fue una mera «coincidencia» y su juventud atenta a prestar ayuda, especialmente a los que él consideraba necesitados.
Había bajado bastante el monte cuando sintió la misma voz, pero esta vez con un tono diferente, y ese tono era inconfundible, casi irrefutable…, lo estaba llamando haciendo un ademán con ambos brazos.
Bueno –dijo Jorge-, por momentos pensé que yo era un fantasma, pero él sí me había visto.
Y subió y se sentó junto a él.
Simón –dijo el anciano llevando la mano a su pecho.
Jorge –replicó el joven con el mismo gesto.
Yahvéh יהוה Jehovah –levantó los ojos al cielo, y Jorge entendió clarísimo. Adoraba a su Dios.
Continuó con una mímica absolutamente reconocible para cualquiera. Estaba trayendo a su Dios a su corazón, embolsando el aire con las manos repetidas veces. Era como una fe inversa especuló.
Yo voy hacia Dios y el longevo me dice que Dios viene hacia él…
Simón abrió su talega y sacó un pedazo de pan que ofreció al muchacho. Luego extrajo una cantimplora y bebió un sorbo con sumo placer que también y invitó generosamente al joven. La subida fue ardua, estaba cansado y sediento, lo que no le vendría nada mal un sorbo de agua fresca más sabiendo que debía transitar un par de kilómetros hasta el paraje donde pernoctaba. Empinó el ánfora y vaya sorpresa, tosió expulsando el líquido por todos los rincones al tiempo que el anciano reía a carcajadas. Era licor o algo por el estilo.
A la risa del anciano prosiguió la de Jorge y continuaron su fidedigna tarea de hacerse entender con gestos y sonidos. Pero había algo más que eso. Parecían dos niños… Era el deleite de los sentimientos; la emoción del momento que les tocó vivir bajo ese árbol de olivo, y ambos desconocidos y unidos al mismo tiempo por el poder de una amistad ancestral, mágica, saboreando las delicias del factor humano.
Amablemente Simón compartió lo único que tenía, y fueron pasando los minutos dialogando con los ojos y palabras que al salir de cada boca parecían traducirse en el éter. El sol en su ocaso se divisaba impaciente, y Jorge creyó conveniente partir… Y le hizo un gesto anunciando que debía irse, a lo que Simón comprendió de inmediato. Se levantó y el anciano le señaló que esperara unos segundos. Con sorpresa observó que buscaba con denuedo hasta encontrar un pequeño cordón de cuero, entrelazado en forma de cuerda, para obsequiárselo, con un gesto que jamás olvidaría: Tú y yo… Tú y yo…
Mientras bajaba por la montaña meditó con el alma en la frente aquel milagro de la vida. Ese hombre le ofreció su amistad, su corazón a manos llenas. Esa cuerda era un lazo de amor entre los pueblos, entre mundos que acontecen al mismo tiempo creyendo ser distintos. Una conexión interpuesta por el universo a la hora indicada, en el momento preciso. Se entendieron con gestos, con sonidos ininteligibles… Música meciendo los más bellos acordes de paz, sonidos, sólo sonidos…, pero se entendieron. A su mente y sin proponérselo volaron imágenes de un mundo nuevo, sin razas, sin credos, sin fronteras… Con el entendimiento como única lengua donde Babel sea remembranza del pasado.
El sol desaparecía lentamente. Las últimas luces rojizas acariciaron la llanura.

Dios estuvo esa tarde en la montaña.





Derechos Reservados © Jorge Judah Cameron

13 comentarios:

  1. Un tema que merece ser leído mas de una vez
    gracias por compartir señor Cameron

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  2. GRANDIOSO HERMANITO. UN GRANDE INALCANSABLE. TQMMMMMMMMMM ELEN

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  3. El lazo de plata que une por el infinito las almas afins, que alcanzan alturan y saben enfrentarse con su Yo superior, y avanzar en el perdon a sí mismos y los demás.

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  4. Hay momentos, de nuestro tiempo incierto, en los que la Luz nos sorprende, y no la podemos obviar..Puede tener la forma de un anciano, de un decreto, de una herida, o una emoción intensa, ya no importa la figura que Dios tome para volvernos a la cordura, al sentimiento, a esa realidad que aún debemos superar y parece consumirnos.
    Es bella tu historia. Es real, es el encuentro que , de tanto en tanto, Dios nos regala...

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  5. Hermoso y profundo relato. La AMISTAD, el AMOR y los BUENOS SENTIMIENTOS DEL CORAZÓN, hacen del ser humano, una gran persona y de nobles VALORES.
    Me gustó mucho tu espacio.
    Te dejo un cálido abrazo desde mi PERÚ.

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  6. Angelito Judah! Leer y releer todos sus escritos ilumina mi Vida. Gracias por compartir Pan de Vida. Besitos eternos. Iran Zucra.

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  7. Graciass... que desastre soy......... amigo....... Gracias por tus palabras y bella humanidad......... mañana leo despacio..... tq.

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  8. precioso!!!! me ha parecido bello,e interesante, este post, don de dios estuvo allí....
    gracias por seguir mi blog!
    lidia-la escriba


    blog actualizado

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  9. vaya posteas poco, muy buena la música!
    un saludo,gracias x seguir mi blog
    esta actualizado,te invito a coment
    lidi-la escriba

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  10. Impactante el relato, muy significativo el encuentro.

    Mis felicitaciones, javer.

    Desde la Galilea, llegue a ti un inmenso Shalom

    beto

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  11. comparto lo de mi viejo amigo BETO...!
    saludos
    lidia

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  12. Como si ya no estuvieran en este plano, las almas dialogaron y pudieron hacerlo sin palabras pues donde impera el silencio se escuchan los corazones. Muy buen mensaje, Jorge. Esta es mi interpretación, si me permitís.

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  13. " La fe mueve montañas. . ." pero también " mueve" espíritus. Bello texto esperanzador donde la palabra nos una.
    Felicitaciones y saludos.
    MARITA RAGOZZA

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